dime, ¿te ha pasado?
de esas noches que apagas la luz, callas la música y dejas hablar a las ideas, recuerdos y pensamientos obsoletos. que siguen estando ahí, callados, sigilosos, esperando el momento para saltar al instante justo de escuchar esa canción, ver una imagen o quizá oler su perfume en otro.
ajá, sigo escribiendo de él. porque el tiempo no es que se lleve las cosas, es que las deja por ahí, hasta que se te olviden que existen. a ti sola, a nadie más. porque si no se te olvidan, por más que pasen... cuántos... 12 años? siguen vigentes. a todas horas, con y sin luz, con y sin música. con y sin acompañantes. y por eso te apareces, como fantasma. el más poderoso de todos, el más querido, el más deseado, el más extrañado. ese que me abraza con su recuerdo y al que más rechazo inconscientemente.
tengo la asquerosa costumbre de regalar letras, con todas sus consecuencias, su fuerza, su significado, sentido y referencia. luego ahí tengo que andar mutilando mis dedos para omitir palabras, sentidos, fuerzas, significados y referencias que ya no me pertenecen, (por un tiempo, claro. mi lenguaje siempre vuelve a mí...) pero no se me quita. y lo seguiré haciendo. hasta el fin de mis días. así me quede sin lenguaje, que es lo que más quiero.
...aparte de ti, claro.
pero te quiero lejos. allá donde estás más un universo de ipseidad, que a ti te gusta tanto.
si escribo de ti no es para recordarte, es pa' desgastarte... aunque siempre te lleve conmigo.
eres tan voyerista que sé que me estás leyendo.
ESCÚCHESE: el silencio de esta noche nublada y oscura.