lunes, enero 14, 2013

prueba de nota No.1

Hace frío, mucho frío y ya no hay sol. Me siento en mi escritorio abandonado por mí misma e intento retomar mis píxeles. y me doy cuenta que ellos me han abandonado. 
No sé de qué escribir. Pero quiero, necesito y debo hacerlo. Retomar el exhibicionismo de mis letras e ideas que tanto me gusta, para colgarlas aquí, allá y en todas partes.
Incienso, café, un chocolate con almendras, una chamarra y Caifanes sonando como en los viejos tiempos. 
Tiempo. Tiempo. Tiempo.
Concepto que nos encanta y juramos controlar como raza humana. Que nos consume y nos pasa y vuelve a pasar como quien atropella a un muerto. Y aun así hay quien se levanta y jura seguirlo controlando y cronometra su vida y se convierte en fantasma.
Yo no quiero ser fantasma ni quiero vivir eternamente. La eternidad no sirve más que para los buenos finales de cuentos de hadas. Y, aunque una parte de mí quiere aun creer en cuentos de hadas, no quiere vivir eternamente. Amo mi mortalidad y esa incertidumbre de no saber cuándo se acaba esto que llamamos vida y que tanto me gusta.
Y hablando de mis ganas de mortalidad me quedo corta y no hablo del alma, mejor quito a Caifanes y pongo a los Rolling Stones. Ellos siempre saben cómo hacer sentir mejor.
Ya no sé de qué escribir. Pero escribí.
Es una pena perder los buenos hábitos. 
Buscaré mis escritos en papel, quiero vaciar mi alma en letras.

ESCÚCHESE: Gimme Shelter, Rolling Stones.