Olas altas.
Hace cuanto que no escribo de ti?
1000años? 4 días? 3 lunas? No, ni eso ni muxo ni poco. Esta vida te la dedico. La que sigue... quién sabe!
Y hace cuántas lunas que no te pienso? 5 soles? 3 juicios finales y 2 microsegundos!
Siendo para ti, todo y nada me parece poco. Ni algo ni muxo. Simplemente poco. Ojalá se pudiera aprender a ser Dios y crear cosas. Entonces te inventaría mundos con centro de chicle sabor sandía y colibríes sin alas. Sirenas de chocolate y luciérnagas de sal. Y todo lo pondría a tus pies para que lo pintaras. Hasta las ballenas grises serían azules con rayas verdes y los atardeceres los haría más largos para disfrutarlos más. Tierra de canela molida, a tus pies bañados en ella estaría todo! Incluso la almohada en la que te sueño. Aun en mi trono, daría mi eternidad por tener tu cuerpo y sangre. Tocarte. Sentir tu piel, que tengo sangre y hierve y tu sudor me vista. Sentir que me quemo y muero en nuestro infierno y volvemos a nacer justamente en el vientre del cielo. No, aquí no hay dioses, ni cielo, ni infierno. No hay nada. Caemos y nos elevamos. Por eso me aferro cual naufrago a tu espalda. Mis piernas son tus remos y los besos juegan de anclas. Y me dejo acariciar por el va y ven de tus olas altas que se convierte en marejada para inundar mi alma. No tengo esperanza, no la necesito. Te tengo a ti, por el momento eso basta.
1000años? 4 días? 3 lunas? No, ni eso ni muxo ni poco. Esta vida te la dedico. La que sigue... quién sabe!
Y hace cuántas lunas que no te pienso? 5 soles? 3 juicios finales y 2 microsegundos!
Siendo para ti, todo y nada me parece poco. Ni algo ni muxo. Simplemente poco. Ojalá se pudiera aprender a ser Dios y crear cosas. Entonces te inventaría mundos con centro de chicle sabor sandía y colibríes sin alas. Sirenas de chocolate y luciérnagas de sal. Y todo lo pondría a tus pies para que lo pintaras. Hasta las ballenas grises serían azules con rayas verdes y los atardeceres los haría más largos para disfrutarlos más. Tierra de canela molida, a tus pies bañados en ella estaría todo! Incluso la almohada en la que te sueño. Aun en mi trono, daría mi eternidad por tener tu cuerpo y sangre. Tocarte. Sentir tu piel, que tengo sangre y hierve y tu sudor me vista. Sentir que me quemo y muero en nuestro infierno y volvemos a nacer justamente en el vientre del cielo. No, aquí no hay dioses, ni cielo, ni infierno. No hay nada. Caemos y nos elevamos. Por eso me aferro cual naufrago a tu espalda. Mis piernas son tus remos y los besos juegan de anclas. Y me dejo acariciar por el va y ven de tus olas altas que se convierte en marejada para inundar mi alma. No tengo esperanza, no la necesito. Te tengo a ti, por el momento eso basta.
ESCUXESE: Sirena Varada, HDS.
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