lunes, septiembre 19, 2005

Una noxe después de luna llena…

Hoy, esta noxe. Una noxe llena de pensamientos bruscos que volaron mi cabeza. Hacia tiempo que no sentía esto mismo, semejante o parecido… cualquier cosa semejante… es el peso del universo sobre mí. Lo sé, quizá no soy tan importante como para que el Universo se recargue en esta pobre mortal… pero bueno… así se siente y lo has sentido y no me lo puedes refutar.
Estando en automático viví mi día… sin meterme en la vida de los demás. Al menos, así lo sentí, en fin! Atardeció, como todas las tardes, pero esta vez fue diferente. Por qué? No lo sé! No me lo preguntes! Pero así lo sentí y, regularmente las cosas que siento y salen fuera de mi razón y control procuro no interrogarlas… bien, no argumentare mis creencias en este momento.
Termino la primer parte de la noxe y seguía con mi carga… más emocional que cierta… y qué son las emociones más que certezas que pones en duda? En fin! Esta noxe como tantas otras, todo vale! Sólo lo valido tiene validez. Y qué validez tiene mi carga? No lo sé! A estas alturas, pocas cosas sé y cada vez ignoro más... y más… y más… estamos condenados a la ignorancia, aunque digamos y argumentemos lo contrario.
Tomo el camino más largo a casa queriendo no llegar, al menos no regresar con esta carga… es como un muerto, sí, eso mismo, como si cargaras un muerto y te pesara y no puedes arrojarlo porque te esta ahogando! Si… eso… también. Bien, emprendo el camino de vuelta. No. No quiero. Qué quiero? Lo de siempre! Y sigo derexo para dar vuelta a la izquierda y llegar a ese inmenso punto que se embarra por toda la geodesia… azul y oscuro! Infinito y majestuoso! Una vez, alguien que más de alguno de ustedes sabrá que fue querido por cada una de mis personalidades me dijo entre risa e ironía para hacerme reír y salir de mi coraje… eres tan grande que el clima te obedece… solté tremenda risotada y después de ver sus ojos pasó todo berrinxe y lo juro, el ventarral que estaba haciendo, termino por completo! Increíble! Y sólo me dijo: ya ves! Y siguió el juego… les cuento esto porque está noxe estaba nublada, ya esta más despejado, y había relámpagos. Yo quería mar! Una cuadra antes pare mi carro y baje a comprar algo que me había resistido como una loca, en serio, y dije… va! Qué más vicios que este que ya tengo! Baje y compre una cajetilla de cigarros… seguí hasta donde el malecón, estacione el carro, cerré, tomé algo con qué cubrirme y baje las escaleras rumbo a la arena. Y ahí estaba! Mi más preciado sedante y calmante natural! Ese viejo amigo que tanto me ha aguantado. En el mismo lugar, pero ni el lugar ni yo somos los mismos. Hace más de 8años que visito ese pedazo de alfombra arenosa. Cuántas lagrimas, sonrisas y hasta trip’s me ha aguantado! Llegué, salude y me senté. Abrí la cajetilla y prendí un cigarro… grandioso sentir como el humo recorría parte de mí… dejando estragos, quizá, pero en ese momento era lo que necesitaba… es como expulsar las cosas y verlas salir a través del humo. Con la vista puesta en la geodesia marina me perdí por unos momentos que parecieron eternos y fueron pequeños! Había relámpagos, como si el cielo quisiera unirse al mar a través de ríos de energía… bellísimo! Y poco a poco fui sacando lo que traía… eso mismo que aun no sé qué es. Conozco mis demonios, sé que el agua los calma. Yo soy fuego, es mi elemento. Por eso a veces necesito tierra y en casos extremos, como este, agua. Y qué más agua que mi Océano Pacifico! El mar me calma y reconforta. Meditar sobre la arena apacigua mis demonios y calma mis adentros. Sólo soy un grano de arena más. Este mar abierto de Playas de Tijuana que me cura el alma! Las olas lavan mis quebrantos y traen el sosiego! Ahora, como a momentos en el mar, todo es tranquilidad. Aunque en lo profundo siga existiendo ese abismo. Quería llorar y no hizo falta. Sabes, el único pedazo de niña tangible que me queda, es debajo de mis ojos, por donde salen mis lágrimas. Éstas mismas que se ausentan de mí a ratos, como mis ganas de seguir en pie cuando llega el otoño. finalmente, mi noxe está más despejada y tanquila, sin viento ni brisa.
ESCUXESE: El sol no regresa, La quinta estación.

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