sábado, junio 09, 2007

"Este notario... firma lo que escribo..."

Este es el único lugar donde puedo huir de ti, de nosotros. Eso que ya no hay.
Donde puedo huir conmigo. Lejos. A dónde sé que no me sigues, pero estás.
Para poder olvidarte debo escribir de ti, desgastar tu significado hasta que tu nombre sólo sea un puño de letras. Una mancha de tinta en el papel arrugado, un recuerdo. Sólo eso.
Y no esta herida que no existe pero me acostumbra a su sensación. Este silencio que me grita tu ausencia y esta ausencia que me grita tu nombre.
Me cuesta trabajo no pensarte, empiezo a acostumbrarme. ¿Y qué es el olvido si no eso?
Lagrimas que no salen, que solas se ahogan. Letras que no te nombran pero refieren a ti.
Aquí me escondo, de ti, vomito esto, el que te extraño, el sentir que me falta un pedazo, el no querer que regreses, el no querer buscarte porqué sé que te encuentro.
Me conoces como nadie, me sabes, me interpretas y traduces a perfección... “al menos huyo porque amo...”
¿Y tú?
¿Te conoces?
Yo te conozco. Y porque te conozco sé que jamás te llegaré a conocer.
Siento que no avanzo, que mi reloj se paró cuando me retire del juego.
Ya casi se cumple el mes y me siento parapléjica. Me desacostumbro a los atardeceres contigo para acostumbrarme a ti en mi memoria, a tu ausencia.
A volver a serme fiel y recobrar mis alas.
Me desespera más el no ver altos resultados que el ver morir el pedazo mío que te di.
Que se te fue entre las manos, como miel. ¡Ajá!

Esta noxe, revisa tus manos antes de dormir, ese rastro que dejas en todo lo que tocas... eso, eso es lo que te queda de mí.
ESCUXESE: Nos sobran los motivos, Joaquín Sabina

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio