viernes, mayo 07, 2004

Las cosas que se pueden escribir una tarde mientras se escuxa un poco de rock en español...

¿Alguna vez han entendido la frase:
"Sufrir de alucinaciones cuando el cielo no parece escuchar"?
Últimamente yo la entiendo, la vivo... o la viví. No lo sé.
Es lo más semejante, o peor aun, que tener la cabeza llena de ácido. Pues si estás a reventar de alguna droga... prefiero llamarles psicoestimulantes... sabes que tarde o temprano se bajará el efecto, sabes el tiempo aproximado, calculas el tiempo...(aunque en el momento no lo sientas y mucho menos te importe...) lo conoces o al menos te lo supones. De otra forma... no hay salida, pierdes el límite porque no te das cuenta, siquiera, de la hora que ingeriste ese veneno. Exquisito, por cierto. Así que pierdes la percepción espacio-tiempo. Sales de todo para entrar en nada. Y cualquier movimiento por tenue que éste sea... es para ti la máxima avalancha... y la real avalancha es el momento más precioso. Se está en el limbo, sin Dios y sin Fe... ni razón... en estos casos nada de esto sirve. Y allí estás... viviendo un anarquismo involuntario pero firme e irrevocable, como la voluntad obligada de nuestro estúpido y cobarde presidente. (Ni siquiera es mi presidente... su presidente, cuando fue electo... yo ni siquiera tenía edad para ejercer mi voto... claro que jamás se lo hubiera dado a ese pelele.)
Esto que vivo... o viví...es desgastante. Y lo único cierto en esto es que pronto llegará el fin.
Sí. Pronto... hoy, ayer, mañana, un año, hace 1000 años, otros mil, quizás... ¿Ya?
Mejor sería nadar Mar Adentro. Y debo confesar que el mar me da tanto miedo como el amor... es traicionero, profundo, obscuro y lleno de misterios... nadie sabe su fin... entras... pero... ¿sales? Vivo, me refiero. Sin embargo, es tan agradable verlo cuando se está en la orilla... ver como revientan las olas abrazando la tibia arena... me gusta estar en la playa, me gustan las playas violentas de mi ciudad. Por eso me gustan, por violentas, indomables y amables. Sus aguas frías y de espuma suave con su olor a sal. Tengo tantos recuerdos arrojados en mi mar... pero no olvidados. No puedo vivir con miedos... no puedo tener miedo a la hora de nadar, sé nadar. Sé que soy capaz de amar. Nadar y amar no es lo mismo... y les tengo el mismo miedo... el mismo respeto... la misma pasión.
Por favor, antes de morir, ¡Regálense el tiempo para ver la luna esconderse en el mar!
Al igual que un amanecer. Ver nacer al sol del mar. Es de los regalos más grandes de esta vida. Igual que poder amar.

A Rojas: Imagina ud. mal, pues si me pregunta sólo yo sé mi respuesta. Veo que ud. se contesta por sí solo. Y sí, soy Leo, con ascendente en Géminis. Como dato extra, jamás confíe en mi herencia. Ni yo misma confío en ella. Recuerde que yo también tengo un poco de Mercurio en mi carta astral... Aun puede preguntar lo que quiera, que rara vez contesto con un porque sí.

ESCUXESE: Sirena Varada, Mar adentro, Hechizo, HDS. Luna Roja, Soda Stereo y Miedo, Caifanes.

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